¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos
nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro
ayuno buscáis vuestro propio deseo, y oprimís a todos vuestros trabajadores. He
aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño
inicuamente;...no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto...
¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el
hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de
ceniza?...¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a Jehová?...
¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las
ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los
quebrantados, y que rompáis todo yugo?...
¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los
pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no
te escondas de tu hermano?...
Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se
dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será
tu retaguardia...
Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá
él:
Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo
amenazador, y el hablar vanidad; y si dieres tu pan al hambriento, y saciares
al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el
mediodía.
Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu
alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial
de aguas, cuyas aguas nunca faltan...
No andando en tus propios caminos, ni buscando tu
voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en Jehová; y
yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad
de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado.
Isaías 58:3-14
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