El mundo es un lugar donde deben esperarse momentos
difíciles como los estamos viviendo hoy, porque es parte de su misma
naturaleza. Convivimos con muchas personas bien sea en nuestro hogar, trabajo,
escuela, en el día a día, todas ellas de pensamientos y estilos de vida
distintos a los nuestros.
Podemos sentir miedo, confianza, alegría y otras
emociones, pero todo depende de cómo asumimos cada situación en nuestras vidas.
Para ello debemos prepararnos, aprendiendo de cada
situación e ir superando pruebas, una a una, aprendiendo sobretodo de los
errores que cometemos para que estos no nos vuelvan a suceder... también
podemos aprender de errores ajenos, pero esto rara vez ocurre.
Una mente preparada, con pensamientos íntegros basados en
principios, ética, valores espirituales, se puede alcanzar el equilibrio siendo
responsable con cada acción que realizamos, en obediencia tanto a las leyes
espirituales como las terrenales.
Las instrucciones de vida que pueden ayudarnos a mantener
ese equilibrio en el mundo en que vivimos estan guardadas en las sagradas
escrituras.
Tu única motivación para mantenerte confiado y seguro en
el mundo en que vives debe ser agradar a tu Creador, obedeciéndole en todo...
No te has preguntado:
¿Qué te motiva para seguir viviendo o para ser feliz?
Si has puesto tu confianza en algún objeto o persona de
este mundo para que tu estado emocional esté bien, habrás fracasado.
Este mundo es temporal, todo acá es pasajero y no hay ni
siquiera uno bueno, solo Dios que está en los cielos. Es en Él donde debes
buscar tu más grande motivación.
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien
entienda.
Romanos 3:10
Cuando centras tu motivación de vivir por Él, nada ni
nadie te defraudará, porque conocerias bien su naturaleza, sabrías que pueden
fallarte en cualquier momento y estarías atento a ello. De ese modo, no te
causaría dolor cuando acontesca.
El problema muchas veces es que esperamos mucho de las
personas, cuando ellas no pueden dar más de lo poco que tienen,
o simplemente no pueden dar de lo que no tienen.
Al estar motivados por agradar a nuestro Padre nunca
somos defraudados, al contrario, Él siempre nos lleva de Su mano y aunque
tropezamos nos ayuda a levantar y continuar.
Él nunca falla es Eterno!!
Tu bienestar y felicidad no puede estar sujetas a
factores externos por cosas o personas,...No!!
Tu mirada siempre debe estar puesta en Dios.
¿Quien abre tus ojos cada mañana?
¿Quien guarda tu descanso?
¿Quien te da las fuerzas para que hagas lo que quieras
hacer?
¿Quien te consuela cuando todos te dan la espalda o ni
siquiera se dan cuenta cómo estás?
¿Quien te susurra al oído lo bueno que puedes hacer pero
te haces el sordo y haces todo lo contrario?
¿Quien te mantiene cuerdo?
¿Quien te llena de bondades y misericordia cada día?
Cuando respondas a todas estas preguntas entonces
contéstate a ti mismo:
¿Quien debe ser tu motivación de vida?
¿Por quien debes estar alegre y feliz?
¿Por quien debes estar más que agradecido?
¿Por quien valdría la pena realmente morir?
Si respondes bien, habrás encontrado la mejor razón para
vivir y continuar viviendo de la esperanza en este mundo lleno de maldad.
Gracias a esta actitud es que los verdaderos justos son capaces de mantener el
equilibrio.
La persona que cree que el mundo es un lugar donde las
personas son buenas y que las cosas que suceden siempre deben estar bien, se
tambalea y pierde el equilibrio cuando ocurre una desgracia como en estos días
o tienen algún conflicto.
Es cierto que el mundo es un lugar de infinitas oportunidades
para la felicidad, sin embargo, uno de sus sellos distintivos son las pruebas
que debemos superar.
Los problemas no necesariamente deben desequilibrarnos,
ni provocar que levantemos los brazos en señal de derrota. Los problemas, no
están indicando que algo esté básicamente mal., No!!
Simplemente,
Él es quien hace como quiere por algún propósito especial
para ti o alguien más.
Tampoco podemos esperar que este mundo sea tan eficiente
en nuestro beneficio como para anular a todas las personas malas y a todas las
situaciones problemáticas.
No debemos ser tan arrogantes como para esperar que el
mundo funcione de acuerdo a nuestras especificaciones, de cómo deben ser las
cosas. Él es quien hace el libreto, no nosotros. Ya sabes por obra de quien
ocurren las cosas y que todas llevan implícitas un propósito para tu bien.
Debemos entender que los problemas son parte integral de
la vida, no podemos huir de ellos, debemos mas bien afrontarlos de la mejor
manera.
Cuando entendemos los problemas como un aspecto normal de
la vida, entonces somos capaces de reaccionar ante ellos con menor fuerza
emocional.
Mientras menos nos sorprendan nuestros problemas, más
oportunidades tendremos de enfrentarlos desde una postura de fortaleza
emocional.
El problema es que vemos nuestros problemas como un
obstaculo para alcanzar nuestros objetivos. Por eso no les tenemos paciencia.
Si recordamos que los problemas son una parte integral y
predecible de la vida, entonces cuando se presenten nos sorprenderán menos. Lo
que ocurre es que cuando nos sorprenden, cuando esperamos que las cosas se
desarrollen a nuestra manera, entonces nos irritamos y nos enojamos.
Debemos desarrollar un sentimiento fuerte y valiente para
ser capaz de aceptar toda clase de posibles ocurrencias sean negativas o
dolorosas.
Se debe pensar en ellas antes de que se presenten,
esperar a que ocurran en cualquier momento.
Si haces esto tanto mental como emocionalmente, entonces
cuando estas se presenten no le causarán inquietud y podrá resolver de la mejor
manera y podrá dar gracias a Dios quien permite la prueba.
Luego de venida la prueba, entonces viene el aprendizaje